jueves, 30 de septiembre de 2021

Los borceguies perdidos


En la época que estudiábamos el 4to. año, tuvimos un enfrentamiento con las “vacas” de la 37, y el jefe de batallón decretó que nos castiguen por falta a la autoridad, después de la “hora de cadete” fuimos directo al estadio en donde corrimos sin parar hasta bordear la medianoche y después sin tiempo para darnos un baño, tuvimos que dormir con el uniforme puesto. A partir de ese hecho, nos cambiaron de monitores y nos enviaron a los más “matones” para calmar nuestro vejamen. Para tan mala suerte, a la 9na. sección le tocó bailar con la más fea, enviaron al panameño Vega, un moreno que medía 1.90, al lado de él parecíamos soldaditos de plomo. Nadie se le podía empalar, y todos los domingos por la noche nos pasaba revista en pijama y nos castigaba con el colgador en la mano. Ya cansados de esa rutina dolorida alguien de la cuadra decidió romper el interruptor, tuvimos que cambiarnos de ropa a oscuras por varios meses, todo ello era para evitar aquel maltrato. La venganza más recordada con mucha jocosidad hasta el día de hoy fue la substracción de los apreciados borceguíes de paracaidista, del monitor Vega y que todos los llamaban de “panameños” porque solo ellos los usaban dentro del colegio. Una mañana cuando salimos a formar, el famoso monitor se apareció “calzando” sus sayonaras con medias, nadie podía contener la risa al ver ese espectáculo. Al siguiente año muy orondo el cadete "Beto" Sánchez lucía los famosos borceguíes “perdidos”.

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