sábado, 6 de noviembre de 2021

Súbete a mi moto, moto, moto

En los años 80's había un grupo que hacía sensación en las adolescentes y niñas. El grupo Menudo conformado por 5 muchachos portorriqueños con sus canciones pegajosas y sus bailes hacían furor. Las radios tocaban a cada momento sus canciones. Quien tenía una hermana, prima o amiga podía tener a una fanática apasionada por ese grupo de muchachos. Posters, revistas y sobretodo discos se vendían más que cualquier cantante o banda musical de aquella época. Mi hermana y primas no escapan de ser parte de ese grupo de niñas que al escuchar una canción de Los Menudos, comenzaban a cantar y bailar. Un disco de Menudo podía ser el mejor regalo que cualquiera niña quería tener. Mi hermano Miguel y mi primo Gustavo odiaban a rabiar a los Menudos, siempre haciendo añicos cualquier souvenir que caían en sus manos. En una de las visitas que siempre realizábamos a nuestros primos coincidió con la llegada del tío Eduardo, que siempre estaba viajando por cuestiones de trabajo. Mis primas Vanessa, Kathy y mi hermana Erika entre sus juegos intercalaban cantar y bailar a su grupo favorito. Mi primo Gustavo al escuchar que sus hermanas iban a colocar para tocar a los "famosos" Menudo. Nos dice: "Primos van a ver que voy a hacer con ese disco...", con su cara sudada y su cabello alborotado y una risa maquiavélica desapareció rápidamente para regresar con un clavo en la mano. Mientras mis primas y hermana se estaban preparando para bailar al ritmo del grupo Menudo. Gustavo de forma sigilosa sustraía el Long Play y nos lo muestra y comienza a pasar el clavo sobre el disco, rallándolo, la expresión de su cara riéndose hacía recordar al muñeco diabólico "Chucky". Colocó de nuevo dentro de la capa sin colocar alguna sospecha. Mis primas y hermana sin saberlo colocan el disco para tocarlo comenzado su show y se escuchaba a todo volumen en la sala de la casa:
"Paso día y noche, corriendo por ti,
En mi moto doy mil vueltas a tu casa,
Buscando ser feliz,
Y hago mil piruetas por llamar tu atención,
Y del ruido los vecinos y tus padres.
Ya no pueden vivir.
Súbete a mi moto, moto, moto, moto..."
Gustavo reía y celebraba su acto de venganza contagiándonos también a reírnos. Quienes gritaban quejándose eran mis primas, su regalo más preciado había sido estropeado. Mi tía María, aparece en la sala y pregunta que estaba sucediendo, mis primas llorando acusan a su hermano Gustavo de haber rallado el disco de Menudo. El tío Eduardo escuchaba lo sucedido en el comedor y aparece con una correa a la que llamaba de "Beethoven", Gustavo ya sabía que iba a suceder..."Chico malcriado, para que no lo hagas otra vez..." decía el tío Eduardo. Mi primo Gustavo recibió dos latigazos y el llanto por el dolor se mezclaban con su característica risa cachacienta cuando realizaba alguna travesura.

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